El supervisor añade que «esta adecuada medición es una exigencia expresa de la normativa de seguros tanto para el cálculo de la solvencia como para la representación contable de la imagen fiel de la situación financiera de las entidades. Adicionalmente, la valoración del riesgo intrínseco de longevidad debería ser objeto de adecuada consideración en la evaluación interna de los riesgos y de solvencia (informe ORSA) a la que están obligadas las entidades, cuando este riesgo pueda tener un carácter significativo. En general, las actuaciones de gestión que afectan a las disponibilidades de recursos financieros y a la política de dividendos deben tener en consideración la situación concreta de una entidad respecto a un riesgo tan relevante como el de longevidad».

En relación con esta cuestión, las líneas de actuación previstas por la DGSFP para el ejercicio 2019 son las siguientes:

  • Comprobación de que los mecanismos de control que las entidades tienen implantados permiten una verificación fiable y con suficiente regularidad de la adecuación de las tablas biométricas utilizadas y que las hipótesis biométricas empleadas en el cálculo de provisiones técnicas, tanto a efectos contables como de solvencia, satisfacen los requisitos legalmente establecidos.
  • Análisis sobre el establecimiento, en su caso, de un mecanismo de monitorización de la evolución del riesgo de mortalidad, en línea con los existentes en otros mercados aseguradores. Con este mecanismo de monitorización se pretende el seguimiento de forma continuada de la experiencia real de supervivencia de los colectivos de asegurados en comparación con la prevista en las tablas. Con ello se evita que los desfases en las tablas se vayan acumulando en el tiempo y, simultáneamente, se favorece la calidad de los datos de las carteras de asegurados. Asimismo, se facilita la realización de estudios de sensibilidad de las provisiones técnicas y, en consecuencia, de los fondos propios ante cambios en las tablas de longevidad.
  • Desarrollar las actuaciones necesarias para conseguir unas tablas más ajustadas a la experiencia real de la población asegurada en los productos de vida riesgo. Las evidencias disponibles sobre la mortalidad real de las carteras aseguradas muestran, en algunos casos, una cierta sobreestimación de la mortalidad de tablas ampliamente utilizadas, como las PASEM, para reflejar el comportamiento de determinados colectivos asegurados. Garantizar que las tablas biométricas se ajusten a la experiencia real de evolución del riesgo y de la mortalidad constituye no sólo una cuestión de adecuación técnica sino también un elemento de garantía de trato equitativo al cliente.